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(Revista Eólica y del Vehículo Eléctrico – España) El objetivo es que al año 2050 el 70% de la energía que se consume en Chile sea de fuentes como la termosolar, fotovoltaica o la energía eólica, lo que se suma al anunciado al plan de descarbonización.
“Chile está inspirando al mundo con una expansión significativa de la energía solar, más rápido que cualquier otro país en el planeta. (El Estado de) Florida podría imitar este progreso con la misma rapidez, lo que llevaría no solo a reducir las facturas de la electricidad, sino también a generar empleos”. Las declaraciones pertenecen a Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos, Premio Nobel de la Paz y una de las voces más reconocidas a nivel global en la lucha contra el cambio climático. Las realizó en 2017, en el periódico El Nuevo Herald de Miami, como parte de la promoción de su documental “Una secuela incómoda: la verdad al poder” y en respuesta a la actitud negacionista de Donald Trump frente a la crisis climática.
En el mencionado documental, Gore señala que Chile ha tenido el mayor crecimiento de energía solar en el mundo. Y hoy, en 2019, este escenario sigue avanzando gracias a un conjunto de factores que se conjugan. El más relevante es la disponibilidad dentro de recursos renovables abundantes como el sol, viento, agua y geotermia, los que se distribuyen de manera homogénea en el país. A esto se suma una política energética de largo plazo, la reducción de los costos de las tecnologías renovables, una mayor conciencia de los propios consumidores que han elegido suministros de energía sustentable y un mundo privado dispuesto a invertir masivamente en estas tecnologías.