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(EconoJournal, 24/1) El viernes 27 de diciembre YPF, la petrolera con mayoría estatal, esperó hasta los últimos cinco minutos de la subasta de gas de Cammesa, la empresa que desde este año volvió a centralizar la compra del fluido para las usinas eléctricas, para concretar la mayoría de sus ofertas a precios impensados, en la banda del dólar por millón de BTU. En la práctica, con su estrategia, YPF terminó convalidando la depredación de los precios del mercado de gas. La petrolera que preside Guillermo Nielsen efectuó dos ofertas (cada una por 7 millones de metros cúbicos) a US$ 1,013 por MMBTU. Lo hizo en el minuto 58, sobre el cierre de la licitación que se extendió durante una hora.
YPF fue la única productora que ofreció gas por debajo de los 1,50 dólares. En total, le ofreció a Cammesa casi 20 MMm3 de gas —un 15% de la producción total del país— a un precio de entre 1 y 1,50 dólares.
La estrategia comercial de YPF generó repercusiones en la industria y también puertas adentro del gobierno. Sus competidores la acusaron de depredar el precio del hidrocarburo. Está claro que los importes ofertados por la petrolera presidida por Guillermo Nielsen no cubren el costo de reposición real del gas, que oscila entre los 3 y los 3,50 dólares, según el consenso generalizado de las petroleras.
El área de Gas de YPF, que lidera Marcos Browne, vendió el gas a pérdida para hacer algo de caja en tiempos en que el atraso de los combustibles y el congelamiento de las tarifas jaquean las finanzas de la empresa.
Allegados al Ministerio de Desarrollo Productivo, que dirige Matías Kulfas, cuestionaron duramente la performance de la línea técnica de YPF. “En lugar de buscar los canales para discutir con el gobierno una política de precios que favorezca el desarrollo, terminaron vendiendo por debajo del precio de reposición para maquillar un poco la caja de la empresa. Fue un movimiento torpe sin ningún tipo de estrategia de mediano y largo plazo”, criticó una de las fuentes consultadas.