809597045

(El Periódico de la Energía) Cataluña quiere intentar de nuevo penalizar la producción de energía eléctrica. Y para ello, lo viste de fiscalidad verde, es decir, lo califica como impuesto ambiental. En la nueva Ley de Presupuesto Generales de 2020 de Catalunya, el Govern ha creado un nuevo impuesto sobre las instalaciones que inciden en el medio ambiente. Este impuesto va destinado a las actividades de producción, almacenamiento, transformación y transporte efectuado por elementos fijos del suministro de energía eléctrica, así como los elementos fijos de las redes de comunicaciones telefónicas o telemáticas y que se encuentran situados en el territorio de Cataluña.
Eso sí, se salvan de la quema tanto las instalaciones de autoconsumo como de renovables y cogeneración de alta eficiencia, aunque esta última actividad contamine.