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(El Periódico de la Energía) Llevamos ya varios días con suspensión de centros de educación en algunas Comunidades, con reclusión de gran parte de la población en sus viviendas, con un éxodo de algunos ciudadanos a lugares más propios de las vacaciones veraniegas, con el teletrabajo por un porcentaje amplio de la población y el estado de emergencia en todo el país que limita los establecimientos comerciales que pueden permanecer abiertos. En definitiva, y por desgracia, llevamos ya bastante tiempo notando los efectos del coronavirus sobre nuestra vida cotidiana, nuestro trabajo, ocio y rutina y el sector eléctrico en ningún caso se encuentra al margen de los mismos.
Es realmente difícil predecir cómo pueden afectar estos hechos a la demanda de electricidad. Aparecen muchas preguntas, ¿qué industrias detendrán sus procesos productivos? ¿Qué empresas pueden permitir que sus empleados teletrabajen? ¿Qué horarios tendrán los distintos perfiles de ciudadanos que estén recluidos en sus viviendas? ¿Cómo afectará la climatología a todo ello?