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(El Periódico de la Energía) El proyecto de eólica marina de 800 MW de Vineyard Wind (Iberdrola y el fondo CIP) se la juega con su declaración de impacto ambiental. El Departamento de Interior de EEUU, dependiente del presidente Donald Trump, a través de la Oficina de Gestión de Energía Marina (BOEM en sus siglas en inglés) ha asegurado que la declaración de impacto ambiental del megaproyecto de Iberdrola en EEUU no estará «hasta finales de este año o principios de 2020».
¿Qué significa esto? El inicio de la construcción del parque estaba prevista para dentro de unas semanas, pero este retraso administrativo hace que las obras del parque Vineyard Wind comiencen no antes de marzo del próximo año.
El retraso de la declaración de impacto ambiental y, por tanto, de la construcción del parque podría dejar a Iberdrola sin los créditos fiscales con los que contaba la eléctrica española para desarrollar el parque.
La adjudicación de los 800 MW del proyecto se realizó bajo un precio que contaba con recibir esos créditos fiscales a la inversión. Pero estos caducan a final de año, y si no se consiguen todos los permisos, esos créditos fiscales no los percibiría Vineyard Wind.