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(Revista Electricidad) (El Mercurio) Los costos más bajos y los incentivos han hecho que la generación eólica y solar sea menos susceptible a las caídas en los precios del crudo que lo que ha sido históricamente.
Cuando los precios del petróleo llegaron a un máximo nivel a fines de la década de 1970, el entonces Presidente Jimmy Carter, instaló paneles solares en el techo de la Casa Blanca. Históricamente, el crudo caro había fomentado los experimentos para desarrollar fuentes de energía alternativas y la caída en los precios había invertido la tendencia. Pero los tiempos han cambiado y es poco probable que los precios ultrabajos retarden el despliegue de energías renovables.
Lo que importa más actualmente puede ser la regulación. Hasta qué punto los gobiernos incorporarán prioridades medioambientales en los planes de recuperación post covid-19 es una pregunta clave que enfrentan los inversionistas de mentalidad ecológica ahora.