809597045

(Semana) Ante el anuncio hecho por el gobierno de Estados Unidos de nominar para la presidencia del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a un candidato de ese país, deseamos manifestar
nuestra profunda preocupación y desacuerdo con tal propuesta. Ella implica una ruptura de
la norma no escrita, pero respetada desde su origen, por la cual el BID, por razones, entre
otras, de eficiencia financiera, tendría su sede en Washington, pero a cambio siempre estaría
conducido por un latinoamericano. Este fue el espíritu del compromiso del propio presidente
Eisenhower en su discurso en las Naciones Unidas en agosto de 1958 cuando dijo: para que
esta institución tenga éxito, la función de liderarla debe pertenecer a los países
latinoamericanos.
Esta no es sólo una cuestión de alteración protocolar. Es un quiebre, con obvias derivaciones
políticas, en el quehacer de uno de los instrumentos más eficaces para la convivencia
hemisférica. El BID llevó adelante su tarea desde 1960 con diligencia y alta comprensión de
las condiciones de la región y las diversidades en su desarrollo. Así lo han hecho sus distintos
presidentes: el chileno Felipe Herrera (1960-1970), el mexicano Antonio Ortiz Mena (1970-
1988), el uruguayo Enrique Iglesias (1988-2005), y el colombiano Luis Alberto Moreno, del
2005 a la fecha. A su vez, siempre la vicepresidencia ha estado en manos de un ciudadano de
Estados Unidos.
El nombramiento propuesto de un ciudadano norteamericano en el BID no anunciaría buenos
tiempos para el futuro de la entidad, lo que nos lleva a expresar nuestra consternación por
esta nueva agresión del gobierno de los Estados Unidos al sistema multilateral basado en
reglas convenidas por los países miembros. Respetuosamente exhortamos a los otros socios
del BID a oponerse a la acción emprendida por el gobierno de los Estados Unidos, recordando
que se han planteado alternativas de la región en una decisión que reclama hacerse con
ponderación y realismo.
No es hora de complicar aún más el dificil episodio que América Latina y el Caribe enfrentan
debido a la pandemia y sus gravísimas consecuencias económicas y sociales. Con esta
propuesta, se levanta otro muro en la forma de entender la relación de Estados Unidos con el
resto del continente. Aún es tiempo de hacer ver, con argumentos y determinación, la alta
inconveniencia de aceptar la imposición pretendida por el gobierno de los Estados Unidos.
Fernando Henrique Cardoso
Ricardo Lagos
Julio María Sanguinetti
Juan Manuel Santos
Ernesto Zedillo
18 de junio de 2020