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(El Periódico de la Energía) La eficiencia energética tiene un enorme potencial para impulsar el crecimiento económico y evitar las emisiones de gases de efecto invernadero, pero la tasa de progreso mundial se está desacelerando, una tendencia que tiene importantes implicaciones para los consumidores, las empresas y el medio ambiente, según un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía.
La intensidad de la energía primaria mundial, un indicador importante de cuánto utiliza la energía la actividad económica mundial, mejoró solo un 1,2% en 2018, la tasa más baja desde el comienzo de esta década, según Energy Efficiency 2019, el informe anual de la AIE sobre eficiencia energética.
El índice de mejora ahora ha disminuido durante tres años seguidos, dejándolo muy por debajo del mínimo del 3% que el análisis de la AIE muestra que es fundamental para lograr los objetivos globales de clima y energía. Si la tasa hubiera alcanzado el 3% durante ese período, el mundo podría haber generado otros 2,6 billones de dólares de producción económica, casi el tamaño de toda la economía francesa, por la misma cantidad de energía.